Kaká llega radiante a sus 70 partidos en Champions. El brasileño cumplirá esa nada desdeñable cifra ante el Olympique de Lyon esta noche. Lo hace viviendo un octubre dulce, en el que ha demostrado que quiere volver a su mejor nivel.
"Tengo una deuda con el madridismo", dijo hace no mucho el ocho blanco, que poco a poco va cumpliendo su palabra. Desde que debutara en la Champions con el Milan el 16 de septiembre del 2003 ante el Ajax, la competición continental le ha deparado alegrías y decepciones casi a partes iguales.
El punto álgido lo vivió en 2007, cuando conquistó con el conjunto italiano la tan ansiada orejona. Un curso sobresaliente que le valió ser reconocido como mejor jugador de Europa con el Balón de Oro.
En la retina de todos todavía permanece su gol ante el Manchester United en Old Trafford. Metió la cabeza entre Heinze y Brown y batió por bajo a Van der Sar. Kaká fue clave en aquella Champions, ya que marcó tres goles en la eliminatoria ante los diablos rojos, por aquel entonces liderado por su amigo Cristiano Ronaldo.
El 23 de mayo, en Atenas, puso la guinda a su temporada levantando la Champions ante el Liverpool. Ahora quiere volver a sentir lo mismo como jugador del Real Madrid. El hecho de hacer la pretemporada completa le ha venido de perlas y se acerca a su mejor versión.
Desplazando a Özil en la banda, vuelve a sentirse importante. Se le ve más fino y Mourinho quiere seguir dándole confianza. Tras su golazo ante el Betis el sábado, se llevó la ovación del Bernabéu, que ve en la sonrisa de Kaká la primera señal para creer que está de vuelta.
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